El dicho le hace justicia. Albarracín es definitivamente uno de los pueblos más bonitos en los que yo haya estado. A solo media hora de Teruel, Albarracín es un pueblito construido a las faldas de una montaña de 1.171 metros de altura.
Cuando pensamos en Teruel a menudo lo hacemos por dos cosas: por el jamón, o por los amantes de Teruel. Y sí, el jamón está delicioso y la visita a los amantes de Teruel es obligada, pero en esta ciudad encontramos muchas otras cosas.
No podemos pasar por Teruel sin visitar uno de sus lugares más emblemáticos: el mausoleo de los Amantes de Teruel. Isabel de Segura y Juan de Marcilla fueron los protagonistas de una historia apasionada que acabó en tragedia.
El Palau Novella del Parque Natural del Garraf acoge desde 1996 la primera sede de la comunidad de monjes Budistas Sakya Tashi Ling. Un paraje natural que mezcla el estilo modernista del Palacio con la religión budista.
Visitar Montserrat es una de las cosas que puedes hacer si estás planeando un itinerario de una semana por Barcelona. Es una de esas excursiones a menos de una hora de la ciudad que merecen mucho la pena.
Cudillero ha sido el primer pueblo pesquero del mar cantábrico que he visitado. Viniendo de Barcelona, dónde los pueblos pesqueros presentan siempre la misma estética de casitas blancas y azules y balcones adornados con flores de colores, Cudillero me sorprendió por el arcoiris que forman sus viviendas.
Situado en el barrio de Horta, en Barcelona, se encuentra el famoso Parque del laberinto de Horta. Éste jardín, considerado el más antiguo de la ciudad y a la vez un gran ejemplo de arte neoclásico del siglo XVIII, invita a locales y turistas a perderse entre su famoso laberinto.
Pasear por Barcelona da siempre una sensación de movimiento constante, la ciudad no para nunca. No hay un momento de silencio, no hay un segundo en el que no veamos un coche pasar frente a nosotros o un grupo de turistas siguiendo un paraguas rojo; Restaurantes de todos los rincones del mundo nos regalan olores y sabores que nos transportan a donde queramos y en un trayecto de metro podemos pasar de tocar la arena de la playa al verde de la montaña.
Personalmente prefiero Sitges a Barcelona para salir de fiesta. Pero si vivís lejos o os alojáis en Barcelona, vale la pena igualmente acercarse un día hasta esta ciudad para disfrutar de su vida nocturna, muy veraniega y animada.