El surf es uno de los deportes más divertidos que he practicado nunca. Y hacer surf en Galicia, una buenísima experiencia en todos los sentidos. En nuestro caso, no era la primera vez que hacíamos surf. Ya hicimos surf en el Travel Bloggers Meeting celebrado en Gijón en 2014. Y nos gustó tanto que cuando nos propusieron ir a aprender a hacer surf en Galicia, nos lanzamos con muchas ganas.
Después de tres días de curso intensivo en el Art Surf camp en Praia da Razo, en A Coruña, hemos recopilado un montón de consejos para aprender a hacer surf en Galicia y sobrevivir a las frías aguas del Atlántico.
Índice de contenidos del post
El concepto de Surf camp y el art surf camp
Un surf camp es un campamento de Surf. Un lugar en el que, durante unos días, puedes aprender a hacer surf con monitores especializados.
Y el Art Surf Camp es exactamente eso. Además, existe la posibilidad de alojarse en su albergue y comer en el restaurante que tienen en el mismo edificio. Y si ya eres un surfero experimentado, también puedes alquilar material.
Se encuentra en Playa de Razo, a 38km de A Coruña y 60km de Santiago de Compostela. El Surf Camp está justo en frente de la playa, lo que lo hace muy cómodo para ponerte el neopreno, coger la tabla y salir al mar.
Nosotros nos alojamos con ellos durante tres días con sus tres noches. Es el tiempo perfecto para empezar a cogerle el ‘truco’ a eso de surfear, o por lo menos que parezca que te pones de pie sobre la tabla.
Consejos para aprender a hacer surf en Galicia
Después de tres días haciendo el intento de surfear, estos son los consejos que tengo para ti:
- Consejo así general para aprender a hacer surf en Galicia o en cualquier parte del mundo: entrénate un poquito unas semanas antes. Aunque entrenes, al segundo día tendrás las mayores agujetas de tu vida, pero las llevarás con un poquito más de dignidad 😉
- El primer paso para surfear en el atlántico es ponerse el neopreno, que en cierta manera te aísla un poco del frío. Te sentirás como un salchichón o un choricillo. Ponerse el neopreno da una pereza increíble.
- Agua + sol + deporte = protección solar. Es la combinación ganadora si no quieres parecer una gamba al acabar la jornada.
- Antes de entrar al agua hay que calentar y estirar el cuerpo. Todo eso metido dentro de un neopreno. Ese calentamiento muscular inicial es imprescindible para lanzarse al agua. Aunque sea un deporte divertido, no deja de ser un deporte y además bastante intenso.
- ¿Eres friolero/a? Pues vas a saber lo que es bueno. Cuando entres en contacto con el agua del Atlántico, tus piececillos y manos empezarán a ponerse de un tono lila mu feo.
- Cuando pasa un rato, ese frío va a menos. Bueno, en realidad no sé si va a menos o es que se ve eclipsado por el frío que empiezas a notar en otras partes del cuerpo cuando el agua se cuela por dentro del neopreno. ¡Maravilloso!
- Mis compañeros del blog Viajamos juntos, que son muy listos y saben mucho de deportes de aventura así en general, llevaban escarpines y guantes. Los guantes no lo sé, pero los escarpines a mi también me hubiesen venido bien. Especialmente el primer día de surf porque había muchas piedrecitas y, pasado un rato, el masaje inicial dejó de ser agradable. Una, que es un poco sensible 🙂
- Confía en tu monitor: cuando aprendo un deporte nuevo necesito que la persona que me enseña me de mucha confianza. Que me explique bien, paso a paso, todo lo que debo hacer y cómo hacerlo. En el Art Surf Camp llevan 11 años enseñando a gente a aprender a surfear y sus monitores son unos profesionales. ¡Y muy majos!
- El primer día te asignarán un neopreno y ese será el tuyo para los siguientes días. Más te vale lavarlo, cuidarlo y tenderlo para que se seque. Eso sí, si surfeas un día por la tarde y al día siguiente por la mañana puede que no haya tiempo de que se seque. Y ponerse el neopreno mojado es de esas cosas que no son agradables. Si seco cuesta de poner, mojado más.
- Un dato importante: la tabla va enganchada a tu pie con un ‘invento’. Eso ayuda a que no pierdas la tabla de vista si viene una ola. Si viene una ola fuerte (y no te da tiempo a cogerla encima de la tabla), lo mejor es que lances la tabla a un lado te apartes. Si no, la tabla se te puede venir encima y darte en toda la cara 🙂
- Anota este concepto: ‘la lavadora’. No hace falta que te explique mucho lo que significa. Solamente imagínate a tu ropa dando vueltas dentro de la lavadora. Ese serás tú más de una vez cuando se te lleve una ola.
- Ojito con los compañeros. Cuando haces surf tienes que ir con mil ojos: hacia atrás buscando la ola, hacia los lados manteniendo una distancia segura con tus compañeros y hacia adelante para asegurarte de que no te comes a nadie con tu tabla:
- El segundo día quizá pienses que ya no vas a poder surfear porque se te caen los brazos de las agujetas. Ponte el neopreno y no te lo pienses. Luego te metes al agua y aunque duele un poquito, cada vez que coges una ola es taaaaaan divertido!
- Lo dicho: el segundo día de surf sentirás más agujetas que todas las veces que te has apuntado al gimnasio juntas. Especialmente te dolerán los brazos y probablemente también los abdominales. Puede que tengas rozaduras en los pies de la tabla. Y si eres un poquito patosillo/a como yo, se te habrá resbalado la tabla de las manos y se te habrá caído en un pie. Así que es posible que tengas algún moretón también. Y aún así, el surf mola, engancha y querrás más y más olas.
- Y luego llega el momento en el que te pones de pie en la tabla y…
- Aunque creas que ya tu ya dominas a la tabla y no ella a ti, entonces vendrá tu monitor, hará una demostración y te darás cuenta de que sigues siendo un pato mareado sobre la tabla.
- Eso sí, lo mejor es que siempre haya alguien en la orilla capturando las mejores caídas y las primeras veces poniéndote de pie (Gracias a Gonzalo y Silvia, del blog Se hace camino al andar, que hicieron muchas de las fotos de este artículo). Playa de Razo es muy tranquila y tengo la sensación de que también muy segura. Tuvimos nuestras pertenencias en la arena echándoles un ojo de vez en cuando y sin problemas.
MÁS ALLÁ DEL SURF
Además de aprender a hacer surf, si vas al Art Surf Camp, no puedes perderte sus rutas de senderismo o lugares cercanos. Yo te recomiendo tres:
- El faro de Punta Nariga: Para llegar al faro de Punta Nariga hay que ir en coche. Se encuentra a unos 45 minutos del Art Surf Camp. Se puede ir a cualquier hora del día, pero al atardecer es especialmente bonito. Este faro entró en funcionamiento en 1998 y tiene una altura de 50 metros. Tiene forma de barco, con una base triangular, una estructura cuadrada que simula el cuadro de mandos y el propio faro, que sería el mástil.
- La ruta dos pinos no mar: no hicimos esta ruta completa pero si una parte. Llegamos hasta el cabo Punta Chan de Razo, que nos recordó inevitablemente a la costa escocesa o irlandesa. Una preciosidad. Los chicos del Art Surf Camp nos contaron que es un lugar muy poco transitado. Es una zona poco turística y, la verdad, me cuesta entender por qué. ¡Es tan bonita!
- Excursión a la laguna de Baldaio: Esta excursión no estaba planeada en nuestros tres días de surf camp. Así que Denys y Kate, autores del blog Viajamos Juntos, nos propusieron hacer una ruta hasta la laguna de Baldaio. Esta ruta improvisada va desde el Art Surf Camp por la playa hasta la laguna. Una vez allí también recorrimos parte de la zona protegida. En total son unas 3 horas ida y vuelta, pero nosotros tardamos algo más. Cuando uno viaja con Denys y Kate se sabe a la hora que se sale pero no a la que se vuelve. Se sabe la teoría pero uno siempre está expuesto a nuevas aventuras. El complejo marismeño-lagunar de Baldaio fue considerado en su día una de las zonas húmedas más importantes de Europa. La zona fue profundamente transformada por la mano del hombre. Y desde hace unos años se han llevado a cabo acciones para recuperar el litoral, la fauna y la flora.
- Ver el amanecer en Playa de Razo: si te alojas en el Art Surf Camp al menos un día tienes que levantarte a ver el amanecer. Los colores, la marea baja, la bruma mañanera…en fin, muy muy recomendado.
Te aseguramos que esta no será la última vez que hagamos surf. Y aún menos la última vez que vayamos por Galicia (que por si no se nota, nos ha flipado). Si te gusta el deporte, si te gusta el mar, si no te importa caerte una y otra vez y si eres competitivo y te gustan los retos, ya estás tardando en probar. ¡El surf engancha y nosotros repetiremos pronto!
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