Este año no teníamos nada planeado para fin de año y el azar escogió por nosotros. Participamos en un sorteo y ganamos un alojamiento para pasar fin de año en Palma de Mallorca con Alquilair. Así que ya que íbamos a visitar un destino no muy típico para la temporada de invierno, también nos propusimos llegar a ese sitio con un transporte que no habíamos utilizado nunca en España: los ferrys de Baleària que conectan la península con las islas Baleares.
En 2013 visitamos Palma como colofón final a nuestra vuelta al mundo y, la verdad, nos dejó un poco indiferentes: llegamos a la isla con gastroenteritis, nos intentaron timar un par de veces, a mi me picó una medusa que debía tener unos tentáculos del tamaño de una morsa y encima era el fin de un viaje alrededor del globo durante 80 días, como para no estar de mal humor… 😀
Por eso esta vez íbamos con ganas pero sin planear nada y pocas expectativas, y así es como luego todo lo bueno sabe mejor.
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Palma de Mallorca en Fin de año
Viajar a Palma de Mallorca en fin de año tiene sus pros y sus contras. No encontrarás las calles tan abarrotadas como en otras épocas del año pero muchos de los atractivos turísticos de la ciudad cierran. Así que nos hemos quedado con las ganas de ver la catedral y el castillo de Bellver por dentro. Pero os digo una cosa, hemos callejeado muchísimo y hemos fotografiado La Seu, la Catedral de Palma, desde todos los ángulos y a todas horas. Pasear sin rumbo por Palma es fantástico. El centro no es grande, en su mayoría es peatonal y tiene callecitas preciosas, patios escondidos y plazas llenas de terrazas. Y encima hace buen tiempo.
Palacio Real de la Almudaina |
Parte trasera de la Catedral de Mallorca |
Iglesia de Santa Eulàlia |
Palma también se conoce como ‘La Ciudad de los Patios’. Cuenta con 40 patios así de bonitos, algunos privados y otros en edificios de Instituciones Públicas. |
Nos ha gustado especialmente Es Baluard, desde donde se ve el amanecer y el atardecer, desde donde se tiene una vista casi perfecta de la fachada principal de La Seu. Allí también se encuentra el museo de Arte moderno y El Bou, una escultura de Santiago Calatrava.
La fachada principal de La Seu |
Puesta de sol desde Es Baluard |
La noche de fin de año había varias fiestas privadas pero el ambiente de verdad estaba en el Paseo del Born. Una orquesta, un ambientazo internacional espectacular y gente de todas partes, turistas y locales.
El Paseo del Born en Navidad |
Alojamiento en Palma de Mallorca
Tener un apartamento en vez de un hotel es un puntazo porque nos hemos ahorrado un dinerito haciendo compra en el supermercado y cocinando en casa. Y vale, no hemos ido de restaurantes y quizá no hemos comido todo lo típico de la isla, pero en casa nos hemos puesto finos a sobrasada y queso mallorquín.
El apartamento estaba en el centro de la ciudad y tenía una bañera a los pies de la cama. Creo que con eso ya no hace falta decir mucho más.
La habitación de nuestro apartamento en el Palau Balear con la bañera a los pies de la cama |
El comedor del apartamento |
Solamente comimos fuera el primer día. Fuimos a Es rebost, un restaurante que nos recomendó Alicia, del blog Los viajes de Ali. Probamos la hamburguesa mallorquina y la vegetariana y, aunque creemos que tuvimos mala suerte con el servicio, el sitio nos encantó y, sobre todo la hamburguesa mallorquina estaba MUY BUENA.
Y no sería un buen viaje a Mallorca sin haber comido una (o más de una) ensaimada. Las probamos en Santo Cristo, una panadería muy cerca de nuestro apartamento, y en el mítico Ca’n Joan de S’aigó.
Esta última se especializa en ensaimadas y helados. Ya la conocíamos de nuestro anterior viaje pero nunca habíamos comprado ensaimadas y nos han gustado tanto que nos hemos llevado una grande a casa. Las ensaimadas grandes se tienen que encargar con dos días de antelación y nosotros no lo hicimos, así que hemos tenido mucha suerte cuando nos han dicho que les sobraba una. Si vais y os queréis llevar unas cuantas, ¡llamad y reservad!
Un trocito de paraíso en C’an Joan de S’aigó: una de sus ensaimadas |
Ensaimada y Laccao, la bebida de cacao ‘made in’ Baleares |
El transporte de barcelona a palma
Viajar en ferry desde Barcelona a Palma de Mallorca es un una experiencia muy completa. Sobre todo en este trayecto, que se hace de noche, recomendamos hacerlo en camarote o en butaca para poder dormir un rato.
Nuestro camarote para el trayecto Barcelona – Palma |
El trayecto de regreso se hace de día y no es tan importante eso de dormir, pero aun así se agradece tener un lugar cómodo donde descansar.
El ferry es una opción muy buena sobre todo si se viaja con coche para recorrer la isla. No es nuestro caso porque no tenemos coche y tampoco íbamos tantos días como para hacer rutas ni nada parecido, sabíamos que nos íbamos a ceñir a Palma y poco más.
Algo que no sabíamos es que se puede viajar con mascotas, pequeñas o grandes, no importa. Se dejan a la salida de la zona de pasajeros y disponen de compartimentos individuales para cada una. Les ponen música para que se relajen y los dueños tienen unas horas concretas para visitarles durante el viaje, así no se sienten tan solos.
Queremos agradecer a Baleària que nos invitase a conocer “el puente”, la zona de mandos y donde el capitán y los oficiales controlan la trayectoria del barco y que todo funcione correctamente. Además de aprender cómo funcionan algunos de los botoncitos y mandos de control, nos han explicado que en esta travesía ven muchísimos delfines y ballenas. No hemos tenido la suerte de ver ninguno en nuestro viaje, así que tendremos que repetir.
Contemplando la isla a lo lejos desde el ferry |
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