Segovia es una ciudad pequeña por lo que es fácil de recorrer en un día. La típica ruta empieza en el acueducto, pero en este caso, os proponemos empezar al revés.
El Alcázar es una fortaleza hispano-árabe que empezó a edificarse hacia el año 1122. Se amplió y se restauró en numerosas ocasiones, algo que se ve reflejado en los diferentes estilos arquitectónicos del edificio.
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| El Alcázar de Segovia |
En las diferentes salas podemos ver la decoración de las estancias como fueron en su día, con la pintura en los muros, las estatuas y armaduras, o las camas de los reyes.
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| Uno de los balcones del Alcázar, con unas vistas preciosas de Segovia |
El barrio judío se encuentra en los alrededores de la Catedral, por lo que recomiendo dar un paseo por esa zona y perderse en su encanto.
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| Un paseo por la Judería |
Un sábado o domingo por la mañana, con el ambiente de «terraceo» es perfecto para tomarse algo en la Plaza Mayor de Segovia. En invierno, con el frío, da el sol en las terrazas y una cervecita sienta genial, aunque te cobren 2,50€ por ella.
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| Una cervecita en la Plaza Mayor de Segovia |
Lo mejor, siempre para el final. Esa es la sensación que tienes con el acueducto, ese pedazo de edificio del siglo II d.C que tanto tiene que contar de nuestra historia. Casi 2.000 años de nuestra historia, que se dice pronto.
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| El acueducto, imponente |
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| Observando el Acueducto |
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