Visitar el campo de concentración de Sachsenhausen es una de esas visitas que a todos nos gustaría no hacer porque ojalá no hubiesen existido lugares así. Y aunque realmente me daba mucho reparo visitarlo, creí que le daría un poco más de sentido a lo que había estado aprendiendo esos días por Berlín. Y ahora ya puedo decir que lo incluyo sin duda en mi lista de cosas que hacer en Berlín. 

Porque sí, yo el viaje a Berlín me lo tomé como un intensivo de historia de Alemania y Europa del último siglo. Un chute de realidad de algo que sucedió hace dos telediarios. Dos guerras mundiales y una guerra fría que marcaron a Alemania, a Berlín y a Europa. Y yo quería entender cómo pasó todo eso.

Sachsenhausen, el campo de concentración a las afueras de Berlín

El campo de concentración de Sachsenhausen fue construido por los nazis y se empezó a utilizar en el año 1936. Lo construyeron en Oranienburg porque está a una distancia estratégica de Berlín: ni demasiado cerca, ni demasiado lejos.

Durante sus primeros años, Sachsenhausen fue un campo de concentración, no de exterminio. Eso quiere decir que en este campo de concentración se enviaba a personas principalmente a trabajar. Más adelante también contó con una zona de exterminio. De hecho, en la visita verás la zona de fusilamiento y también los hornos crematorios. Es realmente espeluznante.

Hasta aquí llegaban presos a los que se clasificaba en diferentes categorías al llegar: judíos, homosexuales, religiosos, mujeres, presos políticos, etc.

En Sachsenhausen se fabricaban ladrillos y, más adelante, armamento militar. En ese momento, los campos de concentración eran el pilar de la industria de Alemania. Pero además de eso, también fueron sometidos a experimentos médicos horribles.

Visitar el campo de concentración de Sachsenhausen: frase 'Arbeit macht frei' (el trabajo os hará libres).
‘Arbeit macht frei’ (el trabajo os hará libres). Esta frase se encuentra en la verja de entrada a Sachsenhausen y era lo primero que veían los esclavos. Con esta frase quizá podían pensar que si trabajaban duro, saldrían con vida, nada más lejos de la realidad.

Antes de visitar el campo de concentración de Sachsenhausen

Si no sabes mucho de historia o hace mil años que lo estudiaste en el colegio y necesitas repasar, antes de visitar Sachsenhausen te recomiendo hacer un tour por Berlín. El tour será una introducción perfecta a la historia de la ciudad y a algunos de sus lugares más emblemáticos. Yo hice este, aunque también está la posibilidad de hacer un freetour. Al final el precio del tour era lo que más o menos iba a dar en el freetour y preferí escoger el tour porque era más largo.

Después del tour te recomiendo visitar la Topografía del Terror, un centro de documentación sobre la Alemania de Hitler. En este centro tienen una exposición fuera que va cambiando cada año. Y en el interior puedes repasar toda la historia de Alemania desde que Hitler ascendió al poder en 1933 hasta la Segunda Guerra Mundial. Además de estar muy bien documentado, puedes coger una audio guía gratuita. Te la recomiendo porque te lleva, durante una hora, por lo más importante de este particular ‘museo’.

La Topografía del Terror es de acceso gratuito porque quieren que todo el mundo pueda conocer de primera mano la parte más vergonzosa y terrorífica de la historia de Alemania para que no se vuelva a repetir.

Datos prácticos para visitar Sachsenhausen

  • Dónde está: se encuentra en Oranienburg, a las afueras de Berlín. Para llegar necesitarás un billete de tren de zonas ABC. Recomendado: cómo moverse por Berlín en transporte público. Se encuentra a aproximadamente una hora y media del centro de Berlín.
  • Precio: la entrada es gratuita
  • Audioguía: 3€
  • Tiempo para la visita: unas 2-3 horas.

¿Visita guiada o audio guía?

La pregunta del millón. Y afortunadamente puedo hablarte de las dos porque esta vez yo hice la visita guiada y hace unos años Adrián hizo la visita con la audio guía. Si algo tengo claro es que Sachsenhausen te lo tienen que contar. Del campo de concentración queda más bien poco porque quedó muy dañado tras la Segunda Guerra Mundial. Además, después se utilizó como campo de pruebas de armamento de gran calibre y lo que quedaba en pie acabó de venirse abajo. Así que es difícil hacerse a la idea de cómo era el lugar si no te lo van contando.

Visita guiada a Sachsenhausen

Escogí la visita guiada por dos razones:

  • iba sola a Sachsenhausen (Adrián ya había estado) y me apetecía ir con más gente.
  • Quería que me explicasen ese lugar y, sobre todo, tener opción a preguntar preguntas si tenía dudas

Cada vez más doy valor a las visitas guiadas. Aunque seamos un poco borreguillos siguiendo a un guía, esas personas suelen ser profesionales y saben bien de lo que hablan. Si tienes una duda, suelen conocer la respuesta. Yo nunca he tenido una mala experiencia, la verdad. Y en este caso puedo recomendar la visita guiada a Sachsenhausen porque me gustó mucho.

Si quieres reservar la misma visita guiada que yo hice, la encontrarás aquí.

Audio guía en Sachsenhausen

Ventajas de la audio guía:

  • Cuesta 3€
  • Puedes ir a Sachsenhausen en otro horario. Las visitas guiadas suelen ser todas más o menos a la misma hora.

Adrián me dijo que la audio guía era un aburrimiento pero una chica me comentó por Instagram Stories a ella le había gustado. Así que bueno, depende un poco de vuestro presupuesto y de lo que os apetezca.

Lo que no me gustó de las audio guías es que no son con cascos, es un trasto que te tienes que poner en la oreja todo el rato, como una raqueta, una cosa rara.

Visitar el campo de concentración de Sachsenhausen: habitaciones compartidas
Las habitaciones compartidas. Literas triples con camas individuales en las que, a menudo, dormían dos personas.
Visitar el campo de concentración de sachsenhausen: baños compartidos
Siete inodoros para unas 300 personas y solo tenían 45 minutos para utilizarlos

Mis impresiones

Sachsenhausen impresiona y mucho. Cuando te cuentan algunas historias sobre este campo de concentración digamos que todo lo que habías visto en fotografías en la Topografía del Terror empieza a encajar. Se vuelve aún más real.

Ver cómo dormían, cuáles eran sus condiciones sanitarias y que te cuenten historias del trato que recibían es espeluznante. Y aunque veas una recreación de las estancias que compartían cientos de personas o los 6 inodoros que podían usar durante 45 minutos esas mismas personas, no te puedes hacer una idea. Y lo único que pasaba por mi cabeza es: de esto hace apenas 80 años, realmente no hace tanto.

¿Vale la pena ir a conocer este tipo de lugares? En mi opinión, sí pero solo si realmente te interesa conocer la historia de este lugar. No vayas por ir, porque toca. Creo que todos deberíamos conocer estos lugares manchados de sangre y descaradamente enfermizos para que la historia no se volviese a repetir, para aprender de los errores del ser humano.

Visitar el campo de concentración de sachsenhausen: texto de un prisionero de Sachsenhausen
«Y sólo sé una cosa más – que la Europa del futuro no puede existir sin conmemorar a todos aquellos, sin importar su nacionalidad, que fueron asesinados en aquel momento, con tanto odio y desprecio, que fueron torturados hasta la muerte, sin comer, gaseados, incinerados y ahorcados…» Andrzej Szczypiorski, prisionero del campo de concentración de Sachsenhausen, 1995.

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