Si vas a viajar a Tailandia seguro que has visto imágenes de farolillos en el aire y ofrendas perdiéndose río abajo. Estos rituales forman parte de dos de los festivales más importantes del país: el el Yi Peng y el Loy Krathong en Chiang Mai. El acto de lanzar farolillos al aire y ofrendas río abajo se ha vuelto tan popular, que miles de turistas se unen a las celebraciones. Y sí, queda genial en una foto pero, ¿y las consecuencias medioambientales?

El Loy Krathong en Chiang Mai

Aunque en general se habla de toda la celebración como del Loy Krathong, en realidad son dos eventos diferentes que ahora se celebran en el mismo marco temporal: la primera luna llena tras el fin de la temporada de lluvias.

El Loy Krathong tiene sus orígenes en el siglo XIII-XIV, y se cree que todo empezó en Sukhotai, una ciudad que se encuentra a unas 6 horas de Chiang Mai. Loy, significa ‘flotar’, y Krathong, significa ‘balsa’ o ‘cesta’. De esta forma, se elabora una ofrenda en forma de cesta o balsa que contiene una vela e incienso, se encienden, se pide un deseo y se deposita el krathong en el estanque o arroyo de agua más cercano.

No hay demasiados datos sobre el inicio de esta tradición, pero sí se sabe que todo empezó para agradecer a la diosa del agua la temporada de lluvias. También se cree que, en esta época del año, los ríos van más llenos y, por esa razón, la luna brilla más fuerte y es el momento perfecto de ‘hacer méritos’ y depositar un krathong en el río y pedir un deseo de buena suerte. El krathong se lleva la mala suerte y es el símbolo de un nuevo comienzo.

El Loy Krathong en Chiang Mai dura varios días y, además de depositar ofrendas en el río, hay otros eventos musicales y teatrales.

Krathongs a la venta. Loy Krathong en Chiang Mai
Los krathongs, ofrendas que se lanzan al agua para pedir deseos.

¿De qué están hechos los Krathongs?

Generalmente de materiales orgánicos como plantas o verduras talladas, pero suelen colocarse sobre una estructura de plástico y suelen llevar grapas para que se mantenga la estructura.

El problema de los Krathongs no es únicamente el material del que están hechos, si no que la gran cantidad de ofrendas que se depositan en el río hace que se obstruyan las vías fluviales. De hecho, los días siguientes al Loy Krathong en Chiang Mai hay brigadas de limpieza que se dedican a retirarlos del río para evitar esa obstrucción. Al final, no deja de ser un montón de basura acumulada en el río y, posteriormente, lo más probable es que acabe en un vertedero.

Loy Krathong en Chiang Mai
Uno de los krathongs más trabajados que vimos en el viaje, una ofrenda preciosa.

El Yi Peng o Yee Peng

Este festival es original del norte de tailandia y, aunque originalmente se celebraba como evento individual, ahora se celebra junto al Loy Krathong.

El Yi Peng es otro ritual o tradición en el que se lanzan linternas o farolillos al aire para ‘hacer méritos’ y dar las gracias a los dioses. La luz de una linterna es muy significativa en la cultura budista porque representa alejarse de la oscuridad hacia un futuro más brillante. Además, es una forma de mostrar respeto a Buddha y de liberar malos recuerdos y pedir un deseo para el futuro.

Se cree que este tipo de farolillos empezaron a utilizarse por primera vez en China en el siglo III a.C para mandar señales entre las tropas chinas. Después se convirtió en una actividad popular para hacer con niños durante los festivales.

Tradicionalmente, durante el Yi Peng, eran los monjes los que lanzaban los farolillos al cielo, pero hoy en día todo el mundo puede hacerlo, turistas, locales y/o monjes.

Hay cuatro tipo de linternas:

  • Khom Kwaen – linterna colgante
  • Khom thuea – linterna portable
  • khom paad – linterna giratoria
  • khom loy – linterna flotante de aire caliente
Farolillos en Chiang Mai
Durante el Loy Krathong hay farolillos de todo tipo por la ciudad. No hace falta lanzar linternas al aire para disfrutar del evento.

La evolución del Yi Peng

La belleza de estas dos tradiciones ha hecho que se vuelvan muy populares. Ahora ya no son solo los monjes locales los que la practican. Todo lo contrario. Hoy en día es uno de los principales atractivos turísticos de Tailandia, especialmente de la zona norte del país. Seguro que si consultas una guía de viajes o un blog, es una de las actividades recomendadas, y si buscas Tailandia en Google, también encontrarás mil imágenes maravillosas. Especialmente de los farolillos o linternas.

Eso ha hecho que ya no solo se lancen farolillos al cielo durante el Yi Peng, si no que esta tradición se traslade también a fin de año; y que ya no se haga solo en el norte de Tailandia, si no también en otras islas, y en otros países con motivo de bodas, cumpleaños y fiestas varias.

Y es que, si nunca has visto una foto, imagínatelo: el cielo se empieza a iluminar con miles de farolillos que se lanzan mientras se pide un deseo y poco a poco se pierden en el horizonte. Es una estampa mágica. Y todos queremos lanzar nuestra linterna, pedir un deseo, dejar atrás lo malo y hacernos una foto preciosa que colgar en Instagram.

Pero todo lo que sube baja. ¿Te has parado a pensar a dónde van a parar todos esos farolillos y krathongs cuando los perdemos de vista?

Lanzamiento de farolillos o linternas al aire en Chiang Mai
Lanzamiento de farolillos o linternas al aire en Chiang Mai
Un grupo de amigos lanzando un farolillo en Chiang Mai
Un grupo de amigos lanzando un farolillo en Chiang Mai

¿De qué está hecha una linterna?

Las linternas que se lanzan al cielo durante el Yi Peng son básicamente globos de aire hechos de papel con una estructura de aluminio. Aunque dicen que hay algunas hechas de bambú, en mi último viaje por Tailandia coincidí con el Yi Peng y no vi ninguna hecha de este material. Esta estructura sostiene la vela, que genera aire caliente, que es más ligero que el frío, y eleva la linterna. La vela no es exactamente una vela, si no una bobina de combustible inflamable.

Aunque cada vez hay más propuestas ‘biodegradables’, el hecho de que algo sea biodegradable no quiere decir que se vaya a desintegrar antes de que acabe en la naturaleza o en la boca de un animal. Aquí tienes algunos datos:

  • El papel de la lámpara tarda entre 6 y 8 semanas en descomponerse.
  • El metal empieza a degradarse a los 9 meses (y probablemente para entonces ya esté en el estómago de algún animal o en algún espacio natural).

Por otra parte, no deja de ser un residuo de un solo uso y que, para fabricarlo, se han necesitado muchos recursos.

Mujer pidiendo un deseo antes de lanzar su farolillo en el Loy Krathong en Chiang Mai
Mujer pidiendo un deseo antes de lanzar su farolillo

Consecuencias medioambientales

Aunque es cierto que este tipo de festivales han tenido un impacto económico muy positivo en la población local, las consecuencias medioambientales de lanzar miles de farolillos al cielo o miles de ofrendas al río es algo que ya no podemos pasar desapercibido. Estas son algunos de los efectos negativos de este festival:

  • Los farolillos aterrizan en cualquier lugar y, además, no puedes predecir dónde.
  • Tanto farolillos como krathongs son peligrosos para pájaros y otros animales, que pueden confundirlos con comida y atragantarse o incluso enredarse.
  • Son un peligro para el espacio aéreo. Tanto, que incluso se alteran los horarios de los vuelos durante el Yi Peng.
  • Pueden provocar incendios fácilmente. De hecho, su uso está prohibido en muchísimos lugares precisamente por miedo a que provoquen incendios.
  • Los krathongs obstruyen vías fluviales. Piensa que son cientos de miles de cestitos atascando ríos, lagos, corrientes de agua y creando una masa de restos flotantes. Evidentemente, algunos de esos restos se descomponen, pero otros no, suponiendo así una amenaza para la fauna de la zona.
  • Por si eso fuera poco, el festival se desarrolla en un ambiente de fiesta, se come fuera, hay muchos vendedores callejeros y se generan muchos residuos de un solo uso, especialmente plástico.

El lanzamiento de linternas está prohibido

Al parecer, en Chiang Mai llevan tiempo limitando el lanzamiento de linternas. Empezaron limitando el horario y las zonas en las que se podían lanzar. Este año, en cambio, han sacado una ley que prohibe tajantemente el lanzamiento de linternas que dice así: ‘De acuerdo al Acto de Navegación Aérea de Tailandia (Nº14) B.E.2562, encender y lanzar petardos, cohetes, globos de aire caliente, linternas u objetos similares al cielo, que pueden causar peligro para la aviación o a los operarios en la Zona de Seguridad Aérea está totalmente prohibido. Los infractores se enfrentan a sanciones de 5 años de prisión o multas de 200.000THB o ambas.’

Lo curioso es que, mientras que en la calle se supone que el lanzamiento de linternas está prohibido, los eventos privados siguen celebrandose con total impunidad. Desde hace unos años se organizan eventos privados que cuestan entre 150 y 200€ por persona en los que se lanzan linternas de forma masiva, es decir, todos los asistentes lanzan su linterna a la vez. Unas 3.000 linternas se alzan al cielo de forma sincronizada. Solamente en un evento privado se lanzan 3.000 linternas. ¿Te imaginas el impacto que puede tener esto en el medio ambiente?

Y sí, mientras que en la calle el lanzamiento de cualquier tipo de artefacto está prohibido, en estos festivales privados se mantiene. ¿No afectan igual estas linternas al tráfico aéreo que las que se lanzan en la calle? Sí, pero las linternas de la calle no generan más de 300.000€ en una noche. Claramente hay alguien a quien le importa un pito el impacto medioambiental de esta festividad siempre y cuando pueda seguir embolsándose estas cifras una noche al año.

También diré que durante el Yi Peng de 2019, a pesar de que la policía hizo lo que pudo por parar el lanzamiento de linternas, les fue imposible frenar a semejante marea de gente. La gente había comprado sus linternas y querían lanzarlas al aire. Requisaban linternas en una esquina mientras en la otra tres o cuatro grupos encendían sus linternas y las lanzaban. Hasta que se les fue de las manos. Y, de repente, el cielo empezó a iluminarse mientras cientos de linternas se elevaban hacia el infinito y más allá.

Linterna quemándose en el suelo
Al estar prohibidas, la Policía lanzaba las linternas al suelo, provocando algún que otro susto.

El caso de Taiwan

Mientras me documentaba para escribir este artículo, encontré el siguiente vídeo sobre el caso de Shifen, en Taiwan, conocida como ‘la capital de las linternas’. Desde que en los años 90 convirtieran esta actividad en una atracción turística, la cantidad gente que se desplaza hasta este lugar no ha hecho más que crecer.

Se calcula que en el país se lanzan unos 600.000 farolillos al año.

¿Qué puedes hacer tú al respecto?

A mi solo se me ocurren dos soluciones: no participar y dar voz a este problema.

Esto también sucede en Europa

Recientemente, y a raíz de que hablara de este tema en Instagram, me han llegado noticias de lanzamiento de linternas en España y Francia. Las más recientes, en Burgos y en Biarritz. Si te llegan noticias de que en tu ciudad o pueblo se van a lanzar farolillos como estos para alguna causa, algo que puedes hacer es mandarles este artículo o pedirles que se informen de las consecuencias medioambientales de esta práctica.

Lo más probable es que las personas que lanzan farolillos u organizan este tipo de eventos no sean conscientes del efecto tan horrible que pueden tener en nuestra fauna y flora. Es algo estéticamente muy bello pero hay que ir un poquito más allá.

2020 ha empezado también con una noticia de lo más negativa consecuencia del uso de estos farolillos. La noche de fin de año en Alemania tres farolillos incendiaron un zoológico, matando a 30 animales.

Mi experiencia

El Yi Peng y el Loy Krathong en Chiang Mai siempre me habían llamado la atención. Especialmente el Yi Peng, que es uno de los festivales más visuales del mundo. Y cuando este año supe que mi viaje por Tailandia coincidiría con esta festividad, me propuse investigar un poco más. De ahí todo este artículo.

Nosotras llegamos a Chiang Mai la segunda noche de esta celebración. Porque sí, las linternas no se lanzan una noche solamente, son dos noches de festival, dos noches de locura. Y para qué te voy a engañar, yo tenía muchos sentimientos encontrados: quería ver el Yi Peng con mis propios ojos y, a la vez, deseaba que nadie lanzara ni una sola linterna. Descubrir la nueva ley me hizo inmensamente feliz y pensé que la gente la respetaría. Pero un par de horas más tarde el cielo empezó a iluminarse sin control. Nos acercamos a la zona de donde salían las linternas y comprobamos que era imposible que la policía parase a toda esa gente.

El Yi peng es una de las cosas más bonitas que he visto en mi vida y que, a la vez, más me han partido el corazón. El espectáculo de ver las linternas elevarse e iluminar el cielo es maravilloso hasta que piensas en las nefastas consecuencias que tiene. Es un festival que todo lo que tiene de bello lo tiene de desagradable.

Al día siguiente me escribió una chica de Chiang Mai que se dedica a promover la filosofía ‘zero waste’ en la zona y en Tailandia a través de su cuenta, @lesswasteforwhales. Ella forma parte de la brigada de recogida de basura del día después del festival. Las imágenes que me mandó y que compartió en su cuenta de Facebook son para reflexionar y hacerse alguna pregunta.

Las consecuencias del Loy Krathong en Chiang Mai
Las consecuencias del Loy Krathong en Chiang Mai | Imagen de Less Waste For Whales en Facebook
Farolillos en un campo
Los farolillos son preciosos cuando suben al cielo, ¿pero qué pasa cuando aterrizan? | Imagen de Less Waste For Whales en Facebook

¿Merece la pena todo este festival viendo las consecuencias que tiene? ¿Todo vale por una foto de Instagram? 

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2 Comentarios

  1. Interesantísimo este artículo y toda la información que aportas, Carla.
    Es importante que las cuentas y blogs conocidos sigáis difundiendo las nefastas consecuencias de estas celebraciones para que cada vez se pueda concienciar más gente.
    Un saludo,

    Emma

    • ¡Muchísimas gracias por tu comentario Emma! Ojalá llegue a todo el mundo, sí!

      Un saludo,

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