Trekking para ver gorilas en Uganda: consejos y recomendaciones

Si hay un día que recordaré toda mi vida es el día que fui a hacer el trekking para ver gorilas en Uganda. Esa experiencia no se te olvida jamás. Es un día para enmarcar en la memoria para siempre. Así que si estás leyendo esto imagino que es porque te estás planteando viajar a Uganda y una de las actividades que no te quieres perder es esta. Pues enhorabuena, menuda aventura.

Recuerdo el primer día que leí sobre el trekking para ver gorilas en Uganda. Lo primero que me dejó tiesa fue el precio, pero leí sobre la experiencia y me dije: algún día yo haré esto. Y lo conseguí. Y sí, el precio es para quedarse loco, pero vale tanto la pena que yo repetiría ahora mismo sin dudarlo.

En este post voy a darte algunos consejos y recomendaciones para reservar el permiso del trekking, qué ropa llevar y un poco de información sobre turismo responsable. ¡Vamos allá!

El Parque Nacional del Bosque Impenetrable de Bwindi

Solo hay tres lugares en el mundo en el que se pueden ver gorilas en libertad: República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda. El primero tiene varios conflictos todavía activos, además de un brote de ébola bastante severo. El segundo cobra unos 1.500€ por ver gorilas (más del doble que en Uganda).

Así que Uganda se presenta como la mejor alternativa para ver de cerca a estos animales tan increíbles. El trekking para ver gorilas en Uganda se realiza en el Bosque Impenetrable de Bwindi, una selva virgen declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco para garantizar su protección. Y es que este bosque es una de las zonas con más biodiversidad biológica de la Tierra y, además, alberga a la mitad de la población de gorilas de montaña del mundo.

Como te decía, este es uno de los bosques tropicales con más diversidad. Tiene 25000 años y contiene unas 400 especies de plantas. Además, ofrece protección a un gran número de animales: unos 400 gorilas de montaña, 120 mamíferos como babuinos o chimpancés, elefantes y antílopes y hasta 350 especies de pájaros.

Los gorilas del Bosque Impenetrable de Bwindi

Del total de gorilas que hay en Bwindi, 18 familias están habituadas a la presencia de humanos. Esto quiere decir que están acostumbrados a ver humanos relativamente cerca. Esto se ha conseguido con dos fines: investigación y turismo.

El primero está claro y el segundo tiene un objetivo que es ganar dinero. Que los gorilas valgan más vivos que muertos a manos de cazadores furtivos. Y algo deben estar haciendo bien porque la población de gorilas ha aumentado en los últimos años a pesar de todas las amenazas que sigue habiendo sobre el hábitat y la población de gorilas.

Así que, en mi opinión, siempre que esta actividad se haga de forma responsable y respetuosa con el animal, y que el dinero vaya efectivamente a la protección de este bosque impenetrable, me parece perfecto que haya familias de gorilas habituadas al ser humano.

El primer grupo de gorilas que se habituó en Bwindi fueron los Mubare en 1993. Actualmente hay 18 grupos o familias habituados divididos en cuatro zonas: Buhoma, Ruhija, Rushaga y Nkuringo.

Cómo conseguir el permiso para el trekking para ver gorilas en Uganda

Te aconsejo que tramites el permiso con un mínimo de 3 meses de antelación para garantizar tu plaza. En la web de la UWA, la Uganda Wildlife Authority, recomiendan 6 meses de antelación. Yo lo saqué 4 meses antes y Andrea, mi compañera de viaje, 2 meses y medio antes.

A la hora de solicitarlo, tienes que pedir un día concreto. Sí, entre tres y seis meses antes de tu viaje tendrás que tomar las decisión de qué día harás este trekking. Por eso es importante que planees el itinerario para viajar a Uganda con bastante exactitud, al menos en lo que a los días alrededor de este trekking se refiere.

Tienes dos opciones para solicitarlo:

• A través de la UWA.
• A través de una agencia.

Cómo lo reservé yo y por qué no te recomiendo esta opción

Yo lo reservé a través de la UWA. Pensé que así me ahorraría la comisión que cobran las agencias por gestionarlo y que sería mucho más directo, sin intermediarios. Nada más lejos de la realidad. De verdad, por tu salud mental, no lo tramites a través de la UWA.

Contestan a los emails a ritmo ugandés, tardaron un mes en confirmarme que habían recibido el pago para los permisos (y obviamente, por el camino, les mandé no sé cuantos emails y hasta llegué a ponerme en contacto con el consulado español para ver si había sido un timo), cuando hice la transferencia no les llegó el importe completo porque los bancos se quedan unos 25€ de comisión y encima tuve que ir a Kampala a recoger los permisos. Y no te pienses que en la oficina hay poca gente y la cosa va rápida. NO. Una hora y media más o menos para recoger los dos permisos y pagar esos euros de comisión que se habían quedado por el camino.

Así que si estás leyendo esto y te estabas planteando reservar tus permisos a través de la UWA, descártalo. Mi recomendación es que lo hagas a través de una agencia. Puede ser la misma con la que contrates cualquier excursión o a través de la agencia que alquiles el coche en Uganda.

Si contratas a mi conductor, él puede tramitar esos permisos por ti. Y es 100% de confianza. Si quieres su teléfono, pídemelo por correo electrónico. 

Precio del trekking

El precio para hacer el trekking para ver gorilas en Uganda es de 600$. Cambia un poco si viajas en temporada baja.

Turismo responsable en el trekking para ver gorilas en Uganda

Esto es algo que nos preocupaba enormemente. Veníamos del Parque Nacional de Kibale, donde la experiencia no había sido todo lo responsable que esperábamos, y no queríamos irnos con mal sabor de boca de este trekking. Y lo cierto es que fue mejor de lo que pensábamos. Hay varias normas a la hora de ver los gorilas:

• Los grupos de turistas están formados por un máximo de 8 personas.
• Una vez que se encuentra a los gorilas, la estancia máxima con ellos es de una hora (sí, pasa volando).
• Cuando nos informan de que los gorilas están cerca, hay que estar en silencio y hacer el menor ruido posible. Están habituados, pero eso no quiere decir que podamos montar una fiesta a su lado. Hay que respetar su tranquilidad.
• Hay que respetar una distancia mínima de seguridad de 7 metros. Esta distancia no siempre se puede respetar por las características del terreno. A veces estarás más lejos y otras, más cerca.
• Obviamente está prohibidísimo tocar a los animales. Si ellos nos contagian algo quizá podríamos tratarlo en un hospital, pero si nosotros les contagiamos algo a ellos, ¿qué?
• Sigue siempre siempre siempre las indicaciones del ranger que guía a tu grupo. Él es el que manda.
• Si durante el trekking tienes que ir al baño, coméntaselo al Ranger. Te harán un agujero en la tierra para el pipí, y para aguas mayores, un agujerazo. Y nada de dejar el papelito de limpiarse atrás, ¿eh?
• No se permite comer, fumar o beber durante el avistamiento. Si necesitas beber agua, hazlo sin que te vean los animales.
• Y las fotografías, sin flash 🙂

Lo cierto es que toda esta normativa se respeta bastante, que los rangers están bien formados y se aseguran de que nadie incumpla las reglas.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es el mejor momento del año para hacer el trekking?

El mejor momento del año coincide con la temporada seca en el país. Es decir, enero-febrero y junio-septiembre, aproximadamente. Yo viajé a Uganda la primera quincena de junio y el tiempo estuvo bastante bien. Algún día cayó algún chaparrón, pero nada notable.

Lo malo de hacer el trekking en temporada baja es que si ha estado lloviendo es más probable que el terreno esté más resbaladizo. Y hacer este trekking ya me parece duro, no me quiero imaginar hacerlo con lluvia.

¿Hay que estar en buena forma para hacer el trekking para ver gorilas en Uganda?

Sí. El trekking es exigente, hay muchas subidas, bajadas, es fácil resbalarse y no sabes el tiempo que vas a necesitar para ver a los gorilas. Así que sí, yo diría que hay que estar en buena forma. No hace falta prepararse como para hacer un triatlón, pero sí estar bien de salud y hacer algo de ejercicio de forma regular.

Una opción que ofrecen a la hora de hacer el trekking es contratar a un porteador. Es una persona a la que se paga porque te lleve la mochila y te ayude en los momentos más complicados del trekking.

¿Cuánto dura el trekking?

No hay límite. Bueno, sí, cuando se hace de noche. El trekking dura lo que tardes en ver los gorilas, más la hora que estás con ellos. Una hora antes de salir, los Rangers van a seguirles la pista partiendo del último lugar en el que los vieron el día anterior. Los gorilas no se mueven tan rápido como lo chimpancés, así que suele ser ‘fácil’ encontrarlos.

¿Te garantizan ver gorilas?

No. Son animales salvajes y, como tal, puede que los veas y puede que no. Pero sí que es cierto que el porcentaje de grupos que no los ha visto es mínimo.

¿Hay que llevar seguro de viajes especial?

Ya sabes que deberías llevar un seguro de viajes para Uganda. Si escoges el Iati Mochilero o el Iati Estrella, en ambos tienes incluida la cobertura en trekkings de montaña como este.

¿Debería llevar ropa especializada para el trekking?

Sí. Estos son los mínimos:

• Pantalones de trekking
• Botas o zapatillas de montaña. Unas zapatillas de deporte no sirven.
• Calcetines altos para meter los pantalones por dentro. En Bwindi no solo hay gorilas 😉
• Chaqueta impermeable o chubasquero
• gorra, porque si aprieta el calor como fue nuestro caso, la agradecerás.
• Una mochilita en la que llevar comida y agua.
• Protección solar y anti-mosquitos (consulta antes a tu ranger si puedes ponértelo)
• Palos para caminar (a nosotras nos los dejaron en el alojamiento y nos fueron muy bien)

¿Necesito llevar comida y agua?

Sí. Al no saber cuanto va a durar el trekking, tienes que llevar provisiones de comida y bebida suficientes. Se recomiendan unos 2L de agua por persona. Yo llevé una botella de 1,5L y mi botella reutilizable Lifestraw de 650ml. 

¿Qué equipo fotográfico llevaste?

Yo llevaba una Nikon D5500 con un objetivo 55-140mm.

Dónde dormir en Bwindi – sector de Buhoma

Nosotras nos alojamos en un ‘lodge’ regentado por una cooperativa de mujeres. Se llama Bwindi Community Guesthouse y está en el pueblo de Buhoma y no podría ser más increíble. Además del alojamiento, tienen un restaurante y una tienda en la que dan trabajo a mujeres de la zona y venden sus artesanías. Es una auténtica maravilla saber que, con el precio que pagas por tu alojamiento, también estás contribuyendo a que este tipo de proyectos continúen.

Nosotras nos alojamos dos noches: la noche antes del trekking y la de después. Esto es porque no sabíamos a qué hora acabaríamos el trekking y queríamos descansar tranquilamente después de hacerlo. Y cogimos pensión completa porque el precio realmente compensaba y así no teníamos que preocuparnos por las comidas. Buhoma no es un pueblo muy grande y no hay muchas opciones, por eso los hoteles suelen ofrecer pensión completa entre sus opciones.

Mi experiencia

El despertador sonó a las 6 de la mañana, pero apenas habíamos pegado ojo en toda la noche. Durante la cena del día anterior habíamos estado especulando sobre cómo sería la experiencia y eso me dejó con un manojo de nervios en el estómago que no me quité hasta que empecé a andar al día siguiente.

Andrea estaba igual que yo. Y, ¿qué queréis que os diga? los nervios son más divertidos cuando tienes alguien con quien compartirlos al mismo nivel. Estábamos tan nerviosas que nos daba la risa floja constantemente.

A nosotras nos dieron el permiso para el sector de Buhoma. Este sector se encuentra en el pueblo de Buhoma y un colectivo de mujeres da la bienvenida a los turistas con bailes y canciones. Aprovechamos que invitaron a la gente a salir a bailar para quitarnos toda todita la tensión y mover bien el cuerpo.

Después nos hicieron el ‘briefing’, una introducción en la que repasan las características del parque, las normas que te he comentado y algunos consejos. Después nos dividieron en grupos y fuimos en coche hasta el punto de partida. Los rangers se quedaron con el número de teléfono de nuestro conductor para llamarle cuando estuviésemos de vuelta y que nos pudiese venir a buscar al punto de encuentro.

Empezamos el ascenso con una subida bastante pronunciada. Estuvimos subiendo una hora y media hasta adentrarnos en el bosque. Lo bueno es que cada 10-15 minutos aproximadamente, hacíamos una parada para coger aire. Íbamos ascendiendo por la ladera de la montaña, por un camino, pasando junto a pequeñas aldeas, plantaciones de plátanos o de maíz.

Y cuando quisimos darnos cuenta, estábamos dentro del bosque. Nos avisaron de que la familia de gorilas que estábamos siguiendo estaba a unos 20 minutos. Y yo, que ya me había olvidado de los nervios y me había concentrado en caminar, volví a sentir esa sensación en el estómago. Sí, esa sensación como si tuvieses una lavadora centrifugando en la boca del estómago, o como cuando viene una ola en el mar y te lleva por delante. Algo así. Joder, iba a ver gorilas en 20 minutos.

No fue fácil llegar hasta ellos. Estaban en la ladera de una montaña, un lugar en el que evidentemente no hay más caminos que los que los propios animales crean a su paso. Así que el ranger se puso delante nuestro e iba abriéndonos camino. íbamos apartando arbustos, deslizándonos por el suelo (que por suerte no había llovido y estaba relativamente seco), agarrándonos a lianas para no caernos, dándonos la mano los unos a los otros para ayudarnos. En ese momento sentí que a los 8 que estábamos allí nos unía un lazo muy fuerte.

El primer encontronazo fue, ni más ni menos, que con un espalda plateada que estaba tranquilamente comiendo detrás de un arbusto. Lo teníamos a unos 10 metros, bastante lejos. No pude aguantar las lagrimas mientras buscaba una posición cómoda en la que observar sus movimientos.

Tras un ratito, volvimos a movernos, esta vez para encontrarnos con otro gorila y esta vez mucho más cerca. Luego llegaron la gorila con su bebé a la espalda. Lloré. Vaya que si lloré. Cuando tienes un sueño, cuando te pones un objetivo, y lo cumples, pues lloras de felicidad y de emoción. Andrea y yo nos abrazamos felices. Y esa hora pasó volando. De verdad, la hora más rápida de mi vida.

Desandamos lo andado para llegar de nuevo al camino. Pasamos junto a una pequeña aldea y allí, a la sombra, nos comimos los snack que nos habían preparado en el alojamiento. Todos estábamos agotados, pero jodidamente felices. Con unas sonrisas de idiotas en la cara que no se nos quitarían en toda la semana.

Espero que este post te haya resultado útil y que te haya dado aun más ganas de visitar este maravilloso país. Si te ha quedado alguna duda más, déjala en un comentario o escríbeme un correo electrónico y te responderé encantada 🙂

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